Confesión I

Quizás ya es tarde,
quizás ya no quieres oír más de lo mismo,
pero si no me oyes, no podrás saber que es lo que ocurre dentro de mi corazón.

Quizás ya oscureció,
quizás ya no quieres verme,
pero si no me ves, no podrás ver lo que mis ojos te quieren reflejar desde lo más profundo de mi.

Siento que tengo un corazón desvanecido, perdido entre medio de tantos temores,
que está herido y que le cuesta sanar.

Soy como un ave que ha caído de su nido y no sabe volar,
quiero que me ayudes a encontrar ese camino para aprender abrir mis alas y poder continuar,
te preguntarás el por qué de mis temores,
el por qué de mis tristezas,
se deben a tantos errores sin enmendar
que han forjado en mis entrañas los peores temores que pueda sostener
no quiero abrir mis ojos
no quiero sentir
no quiero oír.

Disculpas ya no te puedo pedir,
sólo puedo hacer mi mejor intento,
soy imperfecta
soy de barro o quizás arcilla
pero intento y quiero dar lo mejor de mi
no quiero hacerte infeliz
no quiero verte sufrir.

Quizás mi corazón se apagó
quizás el brillo de mis ojos se desvaneció
quizás mi alegría desapareció,
pero aún mantengo un brillo dentro de mi que me mantiene viva.

No quiero una clase de lucha,
quizás las flores ya están marchitas
pero siempre llega una primavera
donde me recuerde cada momento
feliz que he tenido a tu lado
donde veo un brote nuevo
y recuerdo todo lo que te amo.

No hay descanso,
no hay lágrimas,
sólo quiero ser feliz a tu lado,
necesito de tu aroma,
necesito de tu cariño,
de ese calorcito que me irradias cada vez que me abrazas,
sentir ese olor a miel que me enloquece
sentir esa protección inmensa al llegar a tus brazos.

No creo volver a sentir todo aquello en otros brazos
no creo volver a sentir otros labios
pero no quiero verte sufrir
no quiero verte infeliz
aunque eso me valga dar un paso al lado.

Un paso al lado
un paso al otro costado
y entre nubes descansara mi cuerpo
regado por rocío
tocado por el viento.