En algún lugar yo te he visto,
en algún lugar te he conocido,
eres tu,
soy yo.

Coqueta es el alba en tus ojos,
coqueta soy yo entre tus sábanas,
sólo somos tu y yo,
uno a uno,
caminando,
sentados frente a frente,
no te quieres ir,
no me quieres herir,
no quieres.

Coqueta

Inanimado te encuentro,
inanimado estas,
más entre estas palabras tu te quedarás.

Un dulce acaramelado eres,
que a tus ojos de príncipe,
mi mirada coqueta lejana es.

Abierto entre imágenes y música,
te contemplo a la vista de todos.

Me ves cuando te escribo,
me ves cuando río,
me ves cuando te miro.

XII (Pablo Neruda)

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.

Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.

He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.

Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.